La berlina de lujo de alto rendimiento de la marca de lujo ofrece ahora una estética más dinámica y deportiva con el nuevo Bentley Flying Spur V8 S Black Edition una nueva serie especial. El habitual confort y dinámica de marcha que ofrece el Flying Spur V8 S, una berlina de 5,3 m de largo y casi dos toneladas y media de peso se ve ahora enriquecido con la incorporación de nuevos elementos estéticos interiores y exteriores acabados en distintas tonalidades de negro que aportan ese toque de distinción, elegancia y misterio que evoca el coche al primer vistazo
Así, las cúpulas tanto de las ópticas delanteras como traseras se han oscurecido levemente y los marcos de todas ellas se ofrecen ahora acabados en color negro brillante. La parrilla y las las rejillas de las bocas de toma de aire frontales y las carcasas de los retrovisores están igualmente acabadas en color y descubrir quien viaja en su interior será difícil gracias a la adopción de unos nuevos cristales técnicos tintados en las ventanillas laterales.La vista lateral del Bentley Flying Spur V8 S Black Edition puede o no aportar una leve nota de color, porque según el deseo del propietario, a través de las nuevas llantas de 21 pulgada en diseño de cinco radios dobles y acabads en negro pulido satinado que ofrece esta Black Edition se pueden visualizar las imponentes pinzas de freno bien en color rojo, bien en color negro, como el del resto del vehículo, y sin coste alguno por ello.
Se conoce que los cerca de 230.000 euros que en teoría va a costar el coche (no se ha comunicado oficialmente su precio) ya deben ser suficientes para pagar el “capricho”. Sólo el cromado plata de las siglas V8 S insertas en el pilar C y del detalle del logo inserto en la salida de aire anterior a las puertas delanteras destaca sobre el negro de la carrocería, porque hasta los tornillos de las llantas todo lo demás es negro.
En el interior del Bentley Flying Spur V8 S Black Edition es donde la vista se alegra un poco. Y lo hace porque al ambiente igualmente predominante negro del interior se añaden interesantes inserciones en rojo y aluminio pulido que añaden un claro efecto de deportividad a bordo de esta gran berlina de lujo y representación.
Los detalles en rojo se reservan para los asientos y las costuras de tapicería y guarnecidos de puertas y salpicadero, mientras que las inserciones de aluminio están presentes tanto en los umbrales de las puertas como en los distintos mandos y bocas de ventilación del salpicadero, en los perfiles de los mandos de apertura de puertas y de los elevalunes, en los ceniceros y mecheros individuales de las plazas traseras, en las levas y marcos de los mandos multifunción del volante de tres radios, pomo de palanca de cambios y los marcos que agrupan los distintos conjuntos de mandos… ¡Ah! Y claro está que también en el clásico reloj analógico dispuesto en el centro del salpicadero, un elemento clásico de la marca al que Bentley no está dispuesto a renunciar.
Todo ello puede ser igualmente mejorado con los mil y un detalles incluidos en el amplísimo y casi inacabable catálogo que Mulliner, la división encargada de la personalización de las berlinas de Crowe pone a disposición de los clientes de la marca para adaptar su coche por completo a sus deseos y caprichos más variopintos. Al fin y al cabo cuando uno gasta 230.000 euros en un coche, algunas decenas de miles más en equipamiento adicional ya no importan ¿no?
Lo que no varía respecto del Flying Spur V8 S ya conocido es el rendimiento de su mecánica que permanece completamente invariada en esta versión de acabado Black Edition. Monta el mismo bloque de V8 de 4.0 litros y 520 CV de potencia ya conocido que aporta una par máximo de 680 Nm acoplado a cambio automático ZF de 8 relaciones de marcha y tracción integral inteligente con reparto 40:60 mediante diferencial Torsen, gracias al cual la berlina acelera de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos y alcanza una velocidad máxima de 306 km/h.
Fuente: Bentley
Vía: Newspress
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