El precio de los dos coches es muy similar y también su equipamiento. Tanto Citroën como Opel ofrecen un motor Diesel de 110 CV con esta carrocería, que nos parece recomendable sólo para quien sólo viaje por ciudad y autovía plana y sin mucha carga. En España, con los desniveles que se encuentran en nuestras autovías y carreteras, un motor de 110 CV se queda justo en muchas ocasiones cuando el coche va cargado. No sólo para adelantar. Es muy posible que incluso se le atragante un repecho de autovía y no pueda subirlo a la velocidad máxima autorizada.

En el equipamiento, la ventaja de Citroën es el precio y la de Opel la flexibilidad.
En marcha, el Citroën resulta más cómodo para los ocupantes que el Opel. El motivo principal es el sonido del motor, que en el Insignia se cuela hasta el habitáculo y molesta a los pasajeros al acelerar a baja velocidad. En ciudad, principalmente, resulta molesto. También es más confortable el C5 gracias a sus suspensión, denominada Hidractiva III + (el elemento elástico de la suspensión, generalmente muelles helicoidales, se sustituye por un circuito hidráulico y una gas a presión, que ejerce de muelle). Esta suspensión tiene múltiples ventajas. Principalmente que permite regular la altura del coche y también la dureza de la suspensión. Con ella, el confort al circular sobre cualqueir tipo de pavimento es muy elevado. La suspensión de Opel también resulta cómoda, pero no absorbe con tanta delicadeza y eficacia las irregularidades del asfalto.
El puesto de conducción es bueno en los dos modelos. Las diferencias de acomodo son escasas. Asiento, volante y pedales guardan una buena relación de distancias en los dos coches. La posibilidad de regular el volante en altura y longitud ha mejorado notablemente la ergonomía de los coches. El C5 y el Insignia no son excepción. En ambos hay espacios para guardar cosas pequeñas en las plazas delanteras. Si bien, como siempre, no hay espacios bien configurados para llevar el bolso de las mujeres o un maletín. Cuando va el conductor solo, el lugar de los pies del copiloto es el más socorrido.
Las diferencias más notables para el conductor son la disposición de los botones. En el Citroën C5 hay muchos botones en el centro del volante, que va fijo (no gira con el volante). La idea es buena, porque los botones están siempre en un mismo lugar, cerca de las manos. En la práctica, hay demasiados botones, difícilmente reconocibles por el conductor al tacto. Finalmente, para accionarlos, el conductor tiene que desplazar mucho la vista de la carretera.
En el Opel, hay pocos botones en el volante. A la izquierda para el sistema de control de velocidad de crucero y a la derecha para el equipo de sonido y teléfono. Para el resto de elementos, los botones están situados en el centro del salpicadero. Hay muchos botones, que tienen de bueno su gran tamaño. Sin embargo, hay demasiados y no es fácil de memorizar cada función que desempeñan.
Para la versión con nivel de equipamiento Cosmo, parte de las funciones del ordenador se gestionan desde un botón giratorio situado por detrás de la palanca de cambios. Funciona bien, está bien situado y los botones que lo rodean se memorizan con rapidez y se pulsan con facilidad. Varias de las funciones del botón giratorio y de las teclas situadas en el salpicadero se repiten, principalmente porque el botón giratorio es un elemento de quita y pon, que va en algunas versiones sí y en otras no. En las que va no se quita ninguno de los botones presentes en las versiones menos equipadas. La gestión y la forma de presentar la información del ordenador de viaje es otro de los aspectos a mejorar en el Insignia.
En amplitud de las plazas posteriores no hay discusión posible. El Citroën C5 es claramente más ancho y más alto que el Insignia. Para llevar a tres personas detrás, el C5 es la opción más recomendable de su categoría. Si el objetivo es llevar a personas altas en el asiento de atrás, también es más adecuado el C5 que el Insignia, donde las personas altas tienen dificultad para entrar en el coche en el asiento de atrás por la curvatura de la puerta y una vez dentro rozarán con la cabeza en el techo. En compensación, el maletero del Insignia es un 15% mayor que el del C5.
El motor del Citroën C5 tiene 10 Cv más que el del Insignia y se nota ya que el del insignia se queda justo en los repechos con el coche cargado. Otra diferencia a favor del Citroën es que el motor del Opel tiene muy poca fuerza a bajas revoluciones y le cuesta arrancar en pendientes o salir con presteza de los semáforos si no se acelera con decisión. Los dos coches tienen buena estabilidad, responden bien a las indicaciones del volante y su respuesta es segura si se requiere realizar una maniobra brusca. Sus suspensiones están más orientadas a la comodidad que a la eficacia en el paso por curva, pero aun así, su paso por curva no desentona con el resto de competidores.
Más información
• Citroën C5 Exclusive HDi 140 FAP
• Opel Insignia 4p Cosmo 2.0 CDTI 130 CV
Notas Finales
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Precio | 7 | 7 |
Equipamiento | 8 | 7 |
Consumo | 8 | 8 |
Motor | 8 | 7 |
Comodidad | 8 | 7 |
Habitabilidad | 8 | 7 |
Maletero | 7 | 8 |
Calidad Interior | 7 | 7 |
Estabilidad | 7 | 7 |
Fotografias del coche