El sector automovilístico europeo se enfrenta a un año 2025 tan desafiante como decisivo. Las ventas de coches eléctricos cayeron un 6% en 2024 hasta 1,44 millones de unidades, de ahí que los fabricantes europeos están cada vez más lejos de cumplir los objetivos de reducción de emisiones impuestos por Bruselas.

Y, por ahora, el reloj no se detiene: para 2035, la producción de coches de combustión debe desaparecer y, ya en 2025, aumentar ventas de coches enchufables hasta un 20 % del total de matriculaciones, so pena de multas. Las marcas chinas, sobre las que pesan unos aranceles (que ya han denunciado y que burlan ensamblando en Europa) pueden ser una tabla de salvación gracias a los créditos verdes.

La normativa europea establece límites de emisiones de CO2. Si no los cumplen, las multas pueden alcanzar los 15.000 millones de euros (cifra aportada por Luca de Meo en diciembre). Pero pueden evitarse: si un fabricante contamina por debajo del límite legal, puede vender sus derechos de emisiones a otras compañías, formando un pool de emisiones entre ellos.

Aquí hay dos fabricantes a los que todos quieren unirse, dadas las

  • Tesla: La marca de Elon Musk ya ha ingresado más de 10.000 millones de dólares vendiendo créditos verdes a otras marcas. Empezó con FCA (ahora Stellantis) y ob
  • BYD: La nueva líder mundial en ventas de coches eléctricos ya ha comunicado que está en conversaciones avanzadas para vender su huella de carbono no utilizada. No ha desvelado los nombres de los socios, todo apunta a que Volkswagen, BMW y Renault podrían ser potenciales compradores.

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